domingo, 26 de julio de 2015

Un día de clase en La Sala/Escuela

El Sanatorio Marítimo continúa su devenir diario. La parte hospitalaria sigue recibiendo  diariamente a muchos niños, que asisten a las consultas  ambulatorias en las distintas especialidades. La Sala está completa en cuanto a los niños hospitalizados,  habiendo lista de espera.
Se ha abierto en régimen ambulatorio y hospitalario, una nueva especialidad: La Cirugía y Rehabilitación de ojos, a cuya consulta acuden muchos niños desviados por la medicina pública del Principado y cuya especialidad ha sido concertada, entre el Sanatorio Marítimo y La Seguridad Social. El Dr. Mesa Galarreta es el responsable de este nuevo departamento.
Las consultas de Traumatología, Ortóptica y Pleóptica, son las más concurridas. Diariamente pasan con estos gabinetes más de 225 niños asturianos, entre los que siguen tratamiento médico, rehabilitación  o simplemente, consulta externa.
En otro orden de cosas, diré que desde el día primero de Septiembre de este curso 70/71 he sido nombrado maestro del Aula Unitaria del Marítimo, paso a ser el “maestro de la sala”.
Los primeros niños que ingresaron en el S. Marítimo. 1945
Mi llegada al Sanatorio Marítimo de Gijón, se produjo el 1 de Septiembre del año 1967. Mi primer contacto con La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios tuvo lugar en el Instituto Médico Pedagógico de Valladolid, donde trabajé tres cursos, como maestro de E.E. con niños discapacitados intelectuales (años 64/67) Una vez abierta la sección de E.E. en el Sanatorio Marítimo de Gijón, los rectores de la Orden Hospitalaria, concretamente el P. Provincial, H. Juan Grande Alcolea, en una de sus visitaso a Valladolid, me propuso venir a Gijón para ayudar a Los Hermanos en la nueva etapa que acababan de abrir con niños de E.E. La propuesta  me pareció muy interesante. Después de consultarlo con mis padres la acepté.   Los tres primeros años en el Sanatorio Marítimo se me encomendó la tarea de organizar los nuevos talleres laborales, al estilo de Valladolid, vigilar  lo patios de recreo y  los comedores, convivir las 24 h. del día con los nuevos niños que habían ingresado o estaban ingresando en el Sanatorio Marítimo. Fueron tres años bastante duros y de mucho trabajo.
El 1 de Septiembre del año 1970 el H. Superior, Aurelio Gomollón, me propone, que me hiciera cargo, como maestro, del Aula Unitaria del hospital, donde estaban matriculados más de 50 niños, que cursaban  los distintos niveles académicos de la E.G.B. Así que desde  1970-71 hasta la desaparición del Aula, finales de los 90 fui el maestro responsable..
La Poliomielitis poco a poco iba remitiendo y el número de niños que ingresaban iba descendiendo paulatinamente.
He de decir, que aunque el curso escolar comenzaba oficialmente en el mes de Septiembre, sin embargo en esta escuela hospitalaria, el curso no comenzaba en el mes de Septiembre, ni en el mes de Octubre; el curso escolar en el Marítimo duraba todo el año. Tampoco los niños llegaban a la escuela en autocar, ni llevaban uniforme como era costumbre en esta época, ni existían las aulas, ni las clases con bancos y pupitres, ni tampoco había mesa para el profesor. Los niños podían asistir a las clases unos días, unas semanas, unos meses o en el peor de los casos, unos años quizá y estudiaban, y si era necesario se examinaban del nivel académico, que estaban cursando; aprobasen o no, cuando llegaba el día en que recibían el acta médica y se marchaban para su casa o abandonaban el hospital, sus carteras iban repletas de recuerdos de cuando estuvieron  dando clases en el colegio de un hospital.  
Un día cualquiera transcurría de la manera siguiente: A las 8,30 de la mañana las señoritas auxiliares o los Hermanos Religiosos,  llevaban a los niños a sus camas el desayuno.
Así eran las mesas de estudio. Una tabla sobre la cama.
Una vez hecho el aseo personal de cada niño y arreglada y limpia La Sala, alrededor de las nueve de la mañana, comenzaban las clases. Cada niño cogía sus libros y demás material escolar, que tenia en su propia cama o en el armario de la Sala y empezábamos la tarea que siempre iniciábamos rezando una oración. Sobre la cama de cada niño, estaban los cuadernos, los libros y cuantos materiales didácticos eran necesarios, para  la clase.
Las edades de estos niños oscilaban entre los 4 y los 16 años y todos los niños cursaban los diferentes niveles académicos de la E.G.B. según sus edades o nivel académico alcanzado.
Los niños recibían algo más que la lección académica, recibían  el cariño y la entrega durante su permanencia en el Hospital,  de cuantas personas, maestro, Hermanos, personal auxiliar de clínica, estaban con ellos o personas que  iban a visitarles.
El maestro, (en este caso Yo), me tenía que adaptar a los diferentes niveles escolares de cada niño, llegando a tener varios alumnos, de primero, de segundo de cuarto etc.  es decir, de todos los niveles de La E.G.B.
El vivir todos juntos en la Sala resultaba muy beneficioso para ellos, pues continuamente se estaban relacionando entre sí, ya que su mundo era muy diferente al mundo de los adultos… jugaban como podían, eran muy observadores,  compartían entre si sus pequeñas cosas, se hacían grandes amigos… Cuando llegaba un niño nuevo al Hospital e ingresaba en La Sala, enseguida se enteraba de que aquí existía un Colegio, pues se lo contaban rápidamente los niños,  de tal manera, que había ocasiones en que algunos padres (antes de que yo me  dirigiera a  ellos)  se ponían en contacto conmigo  o con el Hermanos de Sala,  para que les informáramos y concretáramos  los aspectos educativos y académicos  que iba a recibir su hijo, la educación de su hijo. 
Un Colegio como el nuestro, inserto en la dinámica del funcionamiento de un Hospital Infantil, reúne unas características muy especiales. La estancia en el hospital de los niños es muy variable, depende, obviamente de la causa, que haya motivado la hospitalización del niño  y casi siempre resultaba imposible establecer un programa de estudios con relación al tiempo, que iban a permanecer los niños en el  Centro, en el Hospital.
También debíamos tener muy presente, que algunos niños, por causa de su enfermedad, iban a permanecer postrados en su cama, muchas veces con posturas muy complicadas y en ocasiones totalmente inmóviles, manteniendo una determinada posición o con tener que llevar algún aparato ortopédico.También había niños que presentaban  algún tipo de problema psíquico o algún tipo de parálisis cerebral, que de por sí, dificultaba la labor normal de aprendizaje y a veces, también, había niños que presentaban problemas de adaptación, debidos a su enfermedad, los cuales  dificultaban aún más la labor educativa.
El Colegio Unitario del Sanatorio Marítimo, siempre se preocupó y sigue preocupándose, por el desarrollo de la personalidad del niño, ayudándole a que tome conciencia de su situación y la asuma como un hecho más en su vida.
Las clases en los muchos años, que estuve con estos niños, con todos estos problemas físicos, siempre procuré y me preocupé de que se desarrollaran en un ambiente distendido pero con un absoluto rigor académico.
( El día 5 de Agosto ingresaron los tres primeros niños: Jesús Fueyo Arguelles, de 13 años, natural de La Felguera; José Minervino Valdés Suárez, de 12 años, natural de La Felguera y Jesús Felgueroso Velasco, de 10 años, natural de Sama de Langreo. Desde estas líneas les enviamos un abrazo, pues tenemos constancia que dos de ellos viven y sirvan estas líneas al hablar de vuestra escuela, como  homenaje a tantos y tantos niños, que como ellos, pasaron por La Sala/Escuela del Sanatorio Marítimo).
 Los niños por lo general, solían prestar un gran interés y una gran atención a las explicaciones que el maestro les daba, llegando a comentar con sus familias y amigos, que les visitaban,  que en la clase se lo pasaban muy bien.
También procuré siempre que los niños que llegaban al Sanatorio Marítimo siguieran, a poder ser, el mismo ritmo o parecido, al ritmo normal que llevaban en su colegio del pueblo o de la ciudad. Para conseguir este objetivo solía tener periódicos contactos  con los profesores de los colegios de los que procedían los niños, manteniendo intercambios constantes.
En los años que estuve con estos niños discapacitados físicos intenté rodearles de ese ambiente de escuela, de ese ambiente de colegio al que ellos estaban acostumbrados a vivir antes de ingresar en el Hospital. Debo de decir, que los niños, que  tuve siempre  en La Sala fueron muy colaboradores. Jamás opusieron resistencia, ni se aprovecharon de su situación de estar en la cama, siempre me colaboraron mucho. ¡¡ Cuantos días al finalizar la jornada, por la tarde, me decían, Gerardo, quédate con nosotros otro rato y me explicas esto o aquello!!
Procuraba, siempre, si era posible, que los niños utilizaran los mismos textos y realizaran ejercicios semejantes a los que estaban acostumbrado a realizar en su colegio.
También les evaluaba parcialmente para que, una vez dados de alta y reincorporados a sus colegios respectivos, quedara constancia de su aprovechamiento y  esta constancia quedaba reflejada en su registro personal, el  registro del alumno (los famosos ERPA de entonces),
Cuando era necesario el Colegio Unitario del Marítimo efectuaba las pruebas correspondientes a la evaluación final, con el fin de evitar la repetición del curso o del ciclo. Estas pruebas finales las enviaba normalmente al Colegio Público, Héroes del Simancas de Gijón  al que nuestra Sala estaba adscrita.
Las clases eran diarias mañana y tarde. Los jueves por la tarde no teníamos clase, se reservaba la tarde para que los niños recibieran las visitas de sus familiares o amigos y esta clase de las tardes de los jueves, se trasladaba a la mañana de los sábados.
Grupo de niños unos 55 , que aistian  diariamente a la clase con el maestro Gerardo.
Debemos destacar para concluir este tema, que así como en otros centros de similares características existen o existían aulas o áreas hasta las que se trasladaba a los niños para darles clases, durante su internamiento, en el Sanatorio Marítimo  es la Escuela la que “vá” al niño de forma, que la enseñanza era absolutamente personal e individualizada, es una forma de trabajo motivadora en sí misma, que respeta los ritmos de comprensión y ayuda a la maduración intelectual. “Los niños se enteran de lo que saben, de lo que resuelven, de lo que no saben y no pueden resolver”; “Les estamos provocando conductas de cambio, para que tengan que aportar sus propios recursos y resolver las dificultades que se puedan presentar”.
Tenemos que decir con orgullo, que en nuestra Escuela Unitaria del Sanatorio Marítimo de Gijón, nació un tipo de enseñanza, que más tarde sería reconocida a nivel nacional por El Ministerio de Educación y Ciencia y  que se conoció  y se conoce,con el nombre universal de AULAS HOSPITALARIAS.
“….Y como en general, no pocos de estos procesos curativos son de una marcada lentitud, a veces de años, aprovechamos este hermoso tiempo para dar a nuestros pequeñuelos, en sus mismos lechos y salas que vienen a constituirse en escuelas propiamente dichas, la instrucción primaria y religiosa conveniente” (H. Provincial de Castilla, Claudio Piña Tejedor, en el discurso pronunciado, con motivo de la inauguración del Sanatorio Marítimo. Gijón 8 de Septiembre de 1.945).
Gerardo Alonso Matías.



lunes, 20 de julio de 2015

El padre Octavio Marcos Bueno

No puedo seguir narrando, a mi manera,  la historia del Sanatorio Marítimo, sin dedicar un comentario a nuestro inolvidable y muy recordado P. Octavio.

El P. Octavio fue una autentica institución en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios; en nuestra casa de Gijón permaneció desde el mes de Octubre del año 1962 hasta el mes de Junio del año 1983. Es decir 21 años, que son bastantes años en la vida de un religioso.
H. Octavio en los 80
El P. Octavio nació en un pueblecita palentino (Villacidaler) el año 1901. En el bautismo recibió el nombre de Fidel, como religioso, tomaría el nombre de Octavio. Sus padres formaban una familia numerosa, tuvieron 7 hijos. Eran agricultores y como recios castellanos profesaban la religión cristiana. Fidel ingresa en el Colegio Apostólico de Ciempozuelos (Madrid) a la edad de 11 años, colegio recientemente inaugurado por la Orden Hospitalaria. En este colegio madrileño Fidel empieza sus estudios humanísticos hasta la fecha de su ingreso en el Noviciado (Carabanchel Alto). En el mes de Junio del año 1919. El 21 de Junio del año 1920 hace su Profesión Temporal y en el año 1923 hace su Profesión Solemne, según determina La Orden Hospitalaria.
Una vez realizados los votos solemnes el H. Octavio, inicia sus estudios sacerdotales y el día 2 de abril del año 1927 es ordenado sacerdote, celebrando su primera misa el día 17 del mismo mes, en la Casa de Ciempozuelos.
El año 1934 el H. Octavio vive y presencia un gran acontecimiento dentro de La Orden Hospitalaria, con la celebración del Capítulo General en Carabanchel, la provincia española de la Orden Hospitalaria se divide en tres provincias: Bética,(Ntra.Sra, de la Paz) Castellana (San Juan de Dios) y Aragón (San Rafael Arcángel). El H. Octavio es destinado por sus superiores a la provincia de Castilla y va a ser precisamente el Sanatorio de Palencia su primer destino. En Palencia va a permanecer hasta el año 1951. En esta casa palentina el H. Octavio es nombrado Maestro de Novicios hasta el año 1940 y Consejero Provincial hasta el año 1946. Siendo Consejero Provincial el H. Octavio se traslada a la ciudad de Vigo para tener una conversación con el Sr. Alfageme, quien sería el  donante de los terrenos de la Ería del Piles, donde se iba a levantar el año 1943, Sanatorio Marítimo. El año 1951 es destinado a la casa de Santurce, casa donde en aquellos años se encontraba el Noviciado de Castilla y es precisamente el H. Octavio nombrado Maestro del mismo. El 31 de Octubre del año 1962 es destinado al Sanatorio Marítimo, donde permanecerá hasta el año 1983, en esta fecha es trasladado a la casa Hospital de Burgos. Fué precisamente en Burgos donde el H, Octavio iba a pasar el último año de su vida, se encuentra bastante enfermo y en esta casa va a morir el día 29 de Mayo del año 1984, De la vida y hechos del H. Octavio podríamos presentar más que suficientes datos para demostrar su valía y su entrega total al desarrollo de la Iglesia y al engrandecimiento de La Orden Hospitalaria en general y muy particular a la Provincia de Castilla. 
El H. Octavio empleó más de 50 años de su vida a los enfermos y necesitados, con ese amor a la Orden, que siempre le caracterizó, 
El H. Octavio nos ha dejado numerosos escritos a lo largo de su vida, no podemos olvidar su recuerdo cariñoso y estudiado en detalles fidedignos hacia los Hermanos fallecidos en la guerra civil española del año 1936. 

También hemos de constatar que el H. Octavio fue el primer Director de La Revista, que la Orden Hospitalaria editaba y que se denominaba “La Caridad”, revista que fue la continuación de otra revista anterior titulada “Caridad y Ciencia”. La ilusión y amor hospitalario del H. Octavio puede comprobarse en todas sus páginas e igualmente sus publicaciones sobre las Cartas y Escritos de San Juan de Dios y como colofón de todos sus escritos el H. Octavio nos dejó La Historia de “La Provincia de San Juan de Dios. Castilla 1934-1968” en esta obra, que consta de más de 655 páginas, nos narra casa por casa y muy detalladamente, el funcionamiento, su creación y su misión dentro de La Orden Hospitalaria. También la obra titulada “Testimonio Martirial”.
El P. Octavio en la festividad de S. Juan de Dios
Yo tuve la gran suerte de vivir y convivir con el H. Octavio desde el año 1967, año en el que yo llegué a Gijón, hasta el año 1982 año que fue trasladado al Hospital de la casa de Burgos, por encontrarse ya bastante enfermo. 
El H. Octavio se desvivía por los niños, todas las mañanas antes de iniciar las clases, el P. Octavio se acercaba a mi escuela unitaria  a ver cómo estaban los niños; a ver cuántos iban a pasar ese día por los quirófanos; cuántos niños habían ingresado nuevos, cuántos niños se encontraban bien o cuántos habían pasado la noche mal, después de aquellas operaciones de alargamiento de tibia y peroné o de cualquier otro tipo de cirugía. 

Al H. Octavio le costó bastante el adaptarse a los nuevos alumnos discapacitados intelectuales, no porque no los quisiera, no, sino porque no los entendía, nunca había tratado a estos niños y a su edad pensaba que era bastante difícil comprenderlos, pero una vez de que fue conociéndolos, bien que les quería a todos.

Gerardo Alonso Matías

viernes, 17 de julio de 2015

El Marítimo se amplía


Niños en las cuerdas
Decíamos en nuestros anteriores comentarios, que el Sanatorio Marítimo se había quedado muy pequeño para acoger en sus dependencias a tantos niños discapacitados psíquicos, que solicitaban plaza en el centro. Que con la capacidad que tenía para la nueva sección de E.E., solamente unas 50 plazas, eran insuficientes para tanta demanda como había encima de la mesa. Efectivamente, después de reiterados estudios y después de visitar algunos centros de reciente construcción en España, el P. Provincial H. Juan Grande Alcolea y su Consejo: Hermanos Diego de Cádiz, Venancio Alonso, Francisco de Sales y Metodio Zarzosa, deciden y aprueban la ampliación del Centro Sanatorio Marítimo para que en sus nuevas instalaciones pueda dar respuesta a esta nueva sección, respuesta positiva a tantas y tantas familias asturianas, que tienen entre sus miembros algún hijo discapacitado. Como se puede uno imaginar la noticia fue muy bien recibida por todos los que en aquellos años componíamos la Familia Hospitalaria, Hermanos, médicos, enfermeros, profesores y el resto del personal de la casa.
Llegado el mes de Marzo del año 1970, sin ninguna ceremonia protocolaria, se comienzan las obras de ampliación.
En el mes de Julio visita el Sanatorio Marítimo el Padre General de La Orden Hospitalaria acompañado del P. Provincial de Castilla, le informan los Hermanos del futuro proyecto y visita a los niños hospitalizados, recibe al cuadro facultativo y recorre todas las instalaciones del centro.

Otra visita muy importante es la llegada de la Madre Generala de las Misioneras Concepcionistas, que próximamente van a formar una comunidad de religiosas en el Sanatorio Marítimo, quienes van a colaborar con su buen hacer de los niños hospitalizados, asistencia a los quirófanos y demás actividades, que se les recomienden. A la Madre Generala le ha gustado el hábitat que va a ocupar la Nueva Comunidad y tal es así, que en el mes de Abril llegan las cuatro primeras Hermanas.
Niños durante el tiempo libre
 Las obras mientras tanto, siguen su curso y ya se empiezan a ver las nuevas estructuras del pabellón central, así como los nuevos comedores y futuros talleres. Pronto se darán comienzo a los tres módulos que acogerán los dormitorios para poder dar respuesta a más de 100 niños/jóvenes internos. Mientras todas estas cosas suceden, se celebra un nuevo capitulo provincial y es elegido Superior del Sanatorio Marítimo el H. Luis (Antonino) Arce González. La noticia es muy bien recibida en todos los estamentos de la casa, pues el H. Luis hasta ahora, era el Coordinador de toda la parte educativa del centro, (el H. Luis es Maestro)  y va a ser el impulsor de la magna obra, que ha emprendido el Sanatorio Marítimo. Va a ser el "alma mater" del Marítimo. A la elección del nuevo Superior le acompaña la elección del nuevo Hermano Administrador del centro en la persona del abulense, Juan Bosco, que además desempeñará el cargo de Viceprior.
Por estos meses se empiezan a complementar las obras de nueva construcción con otras obras menores pero que también son muy importantes para el devenir del Centro y para que todo marche satisfactoriamente y así tenemos que los gallineros que tantas necesidades cubrieron en su momento, desaparecen del lugar que ocupaban en la finca, ahora en su lugar se va a construir un pista polideportiva. También parte de la finca, que en su día estaba cultivada y producía los distintos productos alimentarios, patatas, hortalizas, hierba para el ganado etc. se va a convertir en un hermoso campo de futbol, donde los nuevos inquilinos del Marítimo van a disfrutar con estas nuevas instalaciones deportivas. La parte derecha de la entrada al edificio central se esta adaptando a nuevo espacio de aparcamiento de coches. También se instala un nuevo depósito de unos 15.000 litros  de combustible que sirva para alimentar la calefacción del edificio central y los nuevos módulos en construcción.

En el mes de Marzo del año 1972 se inaugura la pista polideportiva, instalación deportiva, que ha sido costeada en su totalidad, por La Delegación Nacional de Deportes, a su inauguración asisten distintas autoridades locales y regionales. Toda la explanada de la entrada principal se cubre de aglomerado y se marcan las líneas divisorias para el nuevo aparcamiento de cosas. Se reconstruyen el jardín y la fuente central, quedando muy bonito todo el conjunto.
 
Niños jugando en el balancín
 
 Esta obra es costeada por el Ayuntamiento de Gijón así como la colocación de los focos correspondientes, que sirven de iluminación a toda la entrada principal. Otra obra muy importante que se acomete en estos meses es la colocación de plaqueta de ladrillo a todo el edificio del el Sanatorio Marítimo, con lo cual se ha dado otra visión más bonita del Centro. Antes había que pintar todo el edificio, cada dos años, pues los efectos del Cantábrico, lo deterioraban constantemente. Esta obra fue costeada por uno de los bienhechores más importante, que siempre tuvo esta casa en la persona de D. Antonio Aza y su esposa, quienes todos los sábados se acercaban desde su residencia de Figaredo a visitar a los niños hospitalizados y posteriormente a los discapacitados psíquicos que se atendían  en el centro.
Se acometen nuevas obras en todo el recinto hospitalario como son hacer un nuevo campo de futbol, donde antes era huerta de cultivo, marcar y asfaltar los pasillos, que conducen a los nuevos módulos, instalar nuevos juegos escolares en los espacios al aire libre, columpios, toboganes etc. Todos estos juegos y aparatos son costeados por La Delegación Nacional de Deportes. En uno de los sótanos del edificio central se pone una cafetería para uso público, pues son muchas las familias, que lo han solicitado para tener un lugar adecuado donde esperar a sus hijos o familiares mientras éstos reciben las sesiones de rehabilitación en el gimnasio, asisten a las consultas o esperar estar con sus hijos internos cuando vienen a visitarles.

Gerardo Alonso Matías


jueves, 9 de julio de 2015

Gijón y los niños y jóvenes discapacitados (1.969)


El Consejo Provincial de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, aún no ha aprobado la ampliación del Sanatorio Marítimo. Se están estudiando las posibilidades de acometer dichas obras; el coste económico, que esto supone, es muy elevado y la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios, de momento no se ha decidido a iniciar el proyecto aunque lo tiene bien asumido.
Primeros alumnos de E.E con el maestro Gerardo Alonso.
Se están estudiado distintas posibilidades y solicitando ayuda a los distintos estamentos ministeriales. Es decir, se están dando los pasos necesarios para que el Proyecto de ampliación del Marítimo, se haga realidad y pronto podamos decir que en el Sanatorio Marítimo todos los niños discapacitados que lo deseen, encuentren un centro donde poder estudiar, donde poder vivir y donde poder aprender un oficio para el día de mañana…… Los Informes, que se tienen de las necesidades que El Principado de Asturias y más concretamente, el Concejo y Villa de la ciudad de Gijón, son desgarradores.
Se han hecho diferentes estudios de esta problemática y se ha visto, que las Instituciones Públicas no acometen este tipo de  enseñanza, parece ser que estas criaturas no tienen derecho a una educación como la que se imparte a “los niños denominados,  normales”. Las familias, cada vez, son más numerosas las que llaman a las puertas del Centro Hospitalario y asisten a las consultas médicas, demandando este tipo de asistencia para estos niños y jóvenes, que de momento, andan sin rumbo, desasistidos y abandonados  y en el peor de los casos, recogidos en sus casas con sus padres
El año 1.969 se hizo un estudio sobre esta problemática en la ciudad de Gijón y su Concejo,  he aquí los resultados obtenidos.
Con exactitud todavía no se conocen las necesidades, que origina este importante problema humano y sobre el que hace poco tiempo, se han empezado a hacer estudios, tanto a nivel nacional, como a nivel regional o local.
Solamente se tiene  una encuesta específica y un servicio de censo y estadística adecuado,  que podrían darnos la medida exacta de las dimensiones de este grave problema en el municipio gijonés.
Creemos útil, sin embargo, dar una serie de indicaciones generales, que podemos deducir de los índices y pautas establecidos, en algunos de los estudios hechos dentro y fuera de España.
El índice global de discapacitados intelectuales, que puede variar obviamente de país a país, se ha calculado entre el 0,8 % y el 1,1 % de la población global, entre el 4,5 % de la población entre 4 y 19 años. 
Año 1965, entre 1.420 y 1.770 niños discapacitados intelectuales en el municipio de Gijón. Aplicando los índices expuestos sobre la población global y tomando la población estimada para 1.967 el número de niños discapacitados oscilaría entre 1.160 y 1.600. Como podemos observar y ver, las diferencias entre los diversos criterios tomados, ofrecen considerablemente diferencias entre sí; el motivo de esta imprecisión es lo expuesto anteriormente, la falta de estudios concretos y sobre el terreno, en torno a este problema.
En todo caso y con la seguridad de que se trata de cálculos prudentes, podríamos partir de un promedio entre los números anteriores y fijar el número de discapacitados en el municipio de Gijón, entorno a los 1,300. De estos 1.300 discapacitados aproximadamente, un 45 % pueden ser considerados como “ligeros”, cuyo problema fundamentalmente, es de orden pedagógico, éstos pueden ser resueltos a través de una educación especial, que puede y debe ser impartida con el contexto general de los grupos escolares normales.
De los restantes, el 55 %,  en torno a un 39 % pueden ser clasificados como “medios” y en torno a un 16 %  como discapacitados profundos, que exigen ser tratados en centros adecuados y en muchos casos en régimen de internados. 
Una de las primeras aulas de E,E.con el profesor J. Jose  Porta
Podemos terminar diciendo, que por estos años 1967-1968, existen en Gijón entorno a los 818 niños discapacitados entre la edad de 4 y 19 años, que poden clasificarse como discapacitados, que necesitan  centros especiales de tratamiento y recuperación y, de ellos, en torno a 270 niños discapacitados,  que necesitan ser tratados en régimen de internado.
Creemos y pensamos que son cifras elocuentes en orden a considerar la necesidad de pensar en un nuevo Centro de recuperación con suficiente dotación de aulas, talleres, camas para internados etc...  La tendencia de algunos parecía ser la de crear Centros Especiales muy amplios, con capacidad para poder cubrir las necesidades de todo el municipio y hasta la provincia, en este caso todo el Principado.
Sin embargo, parece ser que, desde el punto de vista de eficacia asistencial, tanto las razones de tipo pedagógico general como las de tipo psíquico y social, exigen más bien centros en que se evite el carácter masivo de los niños.
Por todas estas razones pensamos que Gijón podría ser muy bien la sede de uno de estos centros para recuperación de discapacitados intelectuales con un ámbito en toda la zona de influencia de la ciudad y por qué no? de todo el Principado.

Estos planteamientos están sobre la mesa de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Pronto se nos dará la respuesta y estamos seguros de que la Orden Hospitalaria atenderá las múltiples solicitudes de tantas y tantas familias gijonesas y asturianas, que con tantísima frecuencia llaman a las puertas del Marítimo para que el Centro amplía sus estructuras, acomode sus espacios y pronto podamos ver hecho realidad, el proyecto de convertir el Sanatorio Marítimo en punto de referencia en el amplio campo de la Educación Especial.

Gerardo Alonso Matías


miércoles, 1 de julio de 2015

Aprobado el nuevo proyecto?

Durante estos 22 años de vida del Sanatorio Marítimo, han pasado por la consulta un total de 5.300 niños, habiéndose internado 1.500 niños para su tratamiento o intervención. Se han realizado un promedio de 80 a 100 intervenciones anuales en lo que va referido a  servicios de cirugía ortopédica. En el servicio de rehabilitación se tiene en la actualidad (año 1967) de 30 a 35 casos diarios. Todos estos servicios del Sanatorio Marítimo han sido en bien del niño carente de recursos económicos, del niño pobre. En algunas de las consultas del Centro, surgía con frecuencia el problema de los niños con discapacidad intelectual sin asistencia de ningún tipo. Por otra parte, la idea de la creación de un Centro por parte de los Hermanos de San Juan de Dios no era nueva en Asturias.  La gravedad del problema de estas personas discapacitadas, urgió al comprobar que en esta región de Asturias estaba afectada por un  número, de niños que sobrepasaba los 9.000, sin que por el momento, nadie ni entidades privadas ni entidades públicas se preocuparan de su atención. Es por ello, que en el mes de Septiembre del año 1966 se abre definitivamente una consulta de Psiquiatría, acudiendo a la misma, muchas familias asturianas con sus hijos, con su angustioso problema y buscando un hueco para la educación de hijo, buscando solucionar su situación. Este gran problema resuena continuamente en las consultas diarias. La Orden Hospitalaria ante esta angustiosa situación estudia y habilita, que en parte del edificio central, se adapte una sección, que atienda a estos niños.
Así era la entrada al Hospital
 Hecha dicha adaptación, se ve que los espacios destinados a la educación de estos niños es bastante reducido, pues solamente pueden atenderse a 50 niños, en plan interno y medio pensionistas. Una circunstancia fortuita permite al Centro ampliar el campo de acción al adquirir una nave prefabricada donde se instalan unos talleres. Dentro del recinto dedicado a esta misión, existen las siguientes secciones, al frente de las cuales se halla un monitor que les dirige: Encuadernación, electricidad, soldadura eléctrica, fontanería y confección de alfombras de nudo. Algunos de estos muchachos mayores se hallan empleados en los menesteres del Centro, destacando entre los mismos, los ayudantes de cocina. Estos muchachos adultos están en régimen de medio pensionistas. El problema global sigue siendo muy grave; dicho problema es contemplado por Los Hermanos, que ven  la necesidad angustiosa de tantas familias y ven que hay que hacer frente a un nuevo proyecto de ampliación del Sanatorio Marítimo, sin perder la atención a la sección hospitalaria. Plantean su proyecto a la Curia Provincial, quien lo estudia y pronto dará respuesta al mismo.

 En el mes de Febrero del año 1969 visita el Sanatorio Marítimo el Definitorio Provincial con objeto de estudiar sobre el terreno el mencionado proyecto, se convencen de que es muy necesaria dicha ampliación y en el mes de Abril dan el  Visto Bueno. Visitan el Centro, que los Religiosos Holandeses han levantado en Astorga. La cosa queda en suspenso, porque se encuentran con un nuevo inconveniente, la financiación de las obras. De momento el Marítimo sigue trabajando y atendiendo a los niños hospitalizados y los  nuevos alumnos escolarizados y a los jóvenes de talleres.
A lo largo de este año, mes de julio,  han sido muchos los Hermanos que han realizado sus  Ejercicios Espirituales y han comprobado la labor que se realiza en el Sanatorio Marítimo. En el mes de Agosto nos acompaña el Sr. Obispo auxiliar de Toledo quien convive con la Comunidad de Hermanos durante 15 días. En el mes de Septiembre, durante dos días, nos acompaña el P. Provincial quien vive de cerca la vida diaria del Centro. Es en este mes cuando se hace la subdivisión de La Sala en dos más pequeñas para así atender mejor a los niños hospitalizados durante las horas de clase. Al estar la parte hospitalaria subvencionada por La Seguridad Social se ha contado con ella para poder hacer estas divisiones.
 El mes de Septiembre La Curia Provincial, después de los pertinentes informes, autoriza  tirar el arco de entrada a la casa., cambiar la cocina de carbón por la cocina de gas y la calefacción central de carbón por calefacción de petróleo.
Al iniciarse el mes de Octubre nos deja el H. Miguel García Viejo quien se traslada a Valladolid donde próximamente empezará en la Universidad vallisoletana, los estudios de medicina. También por estas fechas nos abandona  el H. Benito Aguirre  quien durante estos últimos años ha sido el enfermero mayor y jefe de fisioterapia. Se va destinado a la una de las casas, que la Orden Hospitalaria tiene en  Buenos Aires  Argentina. 
El proyecto de ampliación sigue su curso y pronto se va hacer realidad, el Marítimo va a cambiar su fisonomía exterior ya que van a ser muchas e importantes las obras a realizar.

Gerardo Alonso Matías